Te explicamos la Diferencia entre el largo plazo y el corto plazo con ejemplos y definiciones. Conoce todos los datos para distinguirlos fácilmente.
¿Cuál es la Diferencia entre el largo plazo y el corto plazo?
¿Qué es el largoplacismo?
En el ámbito empresarial, el largoplacismo se refiere a una estrategia en la que las empresas dan prioridad a las inversiones a largo plazo frente a las ganancias y el comercio a corto plazo.
Las empresas practican el largoplacismo de varias maneras. Una de ellas consiste en dar prioridad a factores exclusivos de un sector concreto, como los factores organizativos o el empleo. Otra forma es centrarse en políticas empresariales que aborden cuestiones de sostenibilidad a largo plazo relacionadas con el medio ambiente, la gobernanza y las preocupaciones sociales.
Las preocupaciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) se evalúan conjuntamente utilizando los criterios ESG. Los criterios medioambientales incluyen la gestión de residuos, el presupuesto energético de la empresa, la contaminación y la gestión del riesgo medioambiental. Los criterios sociales se refieren a las relaciones con otras empresas, empleados y la comunidad en general. Esto incluye cómo trata la empresa a sus empleados y si sus políticas reflejan una gran consideración por su salud y seguridad. Los criterios sociales también evalúan si la empresa trabaja con proveedores que comparten sus valores generales. Además, otro criterio social importante es la implicación de la empresa en su comunidad local. Los criterios de gobernanza se refieren a las prácticas de liderazgo de la empresa.
Otra forma en que las empresas se centran en el largo plazo es invirtiendo en investigación y desarrollo (I+D). La inversión en investigación y desarrollo es intrínsecamente una inversión en el futuro de una empresa. Puede suponer un coste para la empresa en el presente, pero los resultados de la investigación y el desarrollo pueden dar lugar a un crecimiento significativo en el futuro. Hay muchos ejemplos históricos de este principio, por ejemplo, la investigación sobre la radiación electromagnética de James Clerk Maxwell en el siglo XIX. Su interés por los electrones que fluyen no pareció muy importante en su momento, pero más tarde condujo al uso generalizado de la electricidad que ayudó a crear el mundo moderno.
Otro ejemplo del valor de la inversión en I+D podría ser la investigación en cohetería a principios del siglo XX. Al principio, poca gente veía el valor de los cohetes, y menos aún de los cohetes que podían ir al espacio exterior, pero las inversiones gubernamentales en cohetería en Estados Unidos y otros países transformaron las comunicaciones, la defensa, la teledetección terrestre y la ciencia espacial gracias al desarrollo de potentes vehículos de lanzamiento, así como de satélites y naves espaciales interplanetarias.
¿Qué es el cortoplacismo?
El cortoplacismo se ha utilizado para describir la tendencia de las empresas y compañías a centrarse en las ganancias a corto plazo o trimestrales y en el comercio por encima de las inversiones a largo plazo que pueden o no generar beneficios a corto plazo. El cortoplacismo también se ha denominado “capitalismo trimestral” por la tendencia de las empresas a centrarse en el crecimiento trimestral.
Se podría argumentar que el cortoplacismo tiene algunas ventajas, ya que permite a una empresa seguir siendo competitiva a corto plazo. Para seguir siendo competitivas, las empresas deben ser capaces de ganar lo suficiente para seguir el ritmo de las empresas competidoras y atraer a los inversores. Quedarse atrás a corto plazo puede desanimar a los inversores, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en el crecimiento futuro de una empresa. Por otra parte, no centrarse lo suficiente en el largo plazo puede dejar a una empresa mal preparada para el futuro.
Se ha sugerido que un factor que fomenta el cortoplacismo podría ser la brevedad de los mandatos de los directores generales, que ocupan el cargo durante unos 4 años de media, cuando en décadas anteriores solían ser 8 años. Dado que solo están a cargo de la dirección de una empresa durante un corto periodo de tiempo, esto puede fomentar el pensamiento a corto plazo con respecto al futuro. Además, la contratación de directores generales ajenos a una empresa o la contratación de un director general que no tenga experiencia en el sector también puede desviar la atención de los objetivos a largo plazo debido a un cambio de prioridades.
Los críticos del cortoplacismo afirman que esta forma de pensar ha animado a las empresas a no invertir en objetivos a largo plazo hacia la sostenibilidad con respecto a las preocupaciones medioambientales y sociales. Los críticos también afirman que el cortoplacismo ha provocado un declive de la innovación debido a la falta de inversión en I+D. Los críticos también afirman que el cortoplacismo está haciendo que las empresas solo piensen en los beneficios inmediatos y no en las consecuencias de sus acciones a largo plazo. Los defensores del enfoque a corto plazo podrían rebatir las pruebas de un descenso de la inversión en I+D o del empleo debido a un enfoque a corto plazo. También podrían argumentar que centrarse en los beneficios a corto plazo impide que una empresa pierda competitividad.
Similitudes entre el largoplacismo y el cortoplacismo
Tanto el largoplacismo como el cortoplacismo son términos utilizados en el mundo empresarial para referirse a las estrategias que utilizan las empresas para aumentar el crecimiento de sus organizaciones.
Diferencias entre largoplacismo y cortoplacismo
Aunque existen algunas similitudes, hay diferencias importantes. Entre ellas figuran las siguientes.
-El largoplacismo hace hincapié en la inversión, mientras que el cortoplacismo hace hincapié en el comercio.
-El largoplacismo se centra en la sostenibilidad, mientras que el cortoplacismo hace hincapié en la competitividad.
-El largo plazo es considerado por muchos un enfoque aceptable de los negocios, mientras que el cortoplacismo tiende a ser tratado más como un defecto que como una estrategia legítima.
-El largoplacismo favorece preocupaciones sociales y medioambientales más amplias, mientras que el cortoplacismo favorece un énfasis en el crecimiento económico trimestral.
Largo plazo frente a corto plazo
Resumen de Largoplacismo frente a cortoplacismo
El largoplacismo es una estrategia empresarial que da prioridad a la inversión en el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo de una empresa. Esto incluye la inversión de una empresa en I+D para fomentar la innovación futura. También incluye las políticas empresariales relacionadas con el uso de la energía y la gestión de residuos para garantizar que una empresa siga siendo sostenible desde el punto de vista medioambiental y la relación de una empresa con sus empleados, otras empresas y su comunidad. El largo plazo también tiene implicaciones para el gobierno corporativo. El cortoplacismo es una estrategia empresarial centrada en el crecimiento a corto plazo o trimestral. El cortoplacismo ha sido criticado con frecuencia por frenar la innovación y la respuesta empresarial a las preocupaciones medioambientales y sociales, pero sus defensores podrían destacar la importancia del éxito en el crecimiento trimestral para que una empresa siga siendo competitiva y atraiga a los inversores. Entre las razones que se aducen para explicar la prevalencia del cortoplacismo figuran la corta duración del mandato de la mayoría de los directores generales y la contratación de un director general ajeno a la empresa o sin los conocimientos especializados necesarios. Tanto el cortoplacismo como el largoplacismo son estrategias interesadas en garantizar el bienestar y la supervivencia de una empresa. Sin embargo, difieren en aspectos importantes. La estrategia a largo plazo se centra en la inversión, es más sensible a las preocupaciones sociales y medioambientales, hace hincapié en la sostenibilidad y suele ser recomendada por expertos en economía y finanzas. El cortoplacismo se centra en el comercio, es más sensible al crecimiento económico trimestral, hace hincapié en la competitividad y suele considerarse un defecto más que una estrategia legítima.