Descubre con nosotros la Diferencia entre Socialismo y Liberalismo. Dos conceptos que llevan a confusión y equivocaciones.
Diferencia entre Socialismo y Liberalismo
Los términos “socialismo” y “liberalismo” se utilizan mucho hoy en día, y mucha gente suele confundir uno con otro. Para diferenciar entre estos dos términos, hay que tener en cuenta las claras diferencias definiendo la ideología predominante de cada término.
Los principios del socialismo afirman que los Estados deben ejercer un poder económico total manipulando los precios de los bienes y los salarios de los trabajadores. Además, el socialismo exige que la gente se someta al imperio de la ley. A cambio de su acatamiento, los ciudadanos reciben recursos racionados por el gobierno. Por otra parte, el liberalismo es más difícil de definir, ya que se divide en liberalismo clásico y liberalismo moderno. El liberalismo clásico afirma que el gobierno debe tomar el control de una institución para garantizar que siga estando al servicio del pueblo, de forma gratuita. El liberalismo clásico no ve la necesidad de que el gobierno imponga la ley y el orden y someta a sus ciudadanos bajo el férreo imperio de la ley y el orden. Sin embargo, el liberalismo moderno se aleja de esta ideología añadiendo un nuevo giro.
El Liberalismo
El liberalismo moderno afirma que, aparte de garantizar la seguridad económica y política, también es tarea del gobierno interferir en los asuntos cotidianos de la gente para mantener la seguridad social. El liberalismo moderno, en efecto, puede compararse con el socialismo, ya que ambos afirman que el gobierno puede elevar eficazmente a sus ciudadanos no solo haciéndose con el control de la economía o de las instituciones privadas, sino también vigilando de cerca a los ciudadanos para asegurarse de que ninguno de ellos se convierte en subversivo. Muchos políticos actuales han apoyado el liberalismo moderno porque creen que el gobierno puede resolver todos los problemas una vez que se le concede el poder total.
Desigualdad
Estos políticos señalan la desigualdad de las distintas clases de la sociedad y proponen reformas que al principio parecen favorecer a los pobres y marginados, pero que al final solo dan motivos al gobierno para ampliar sus poderes y recortar los intereses privados. Y aunque los liberales parecen abogar por reformas para mejorar la política gubernamental, siguen abrazando la misma vieja estructura política para promover sus propias ambiciones. El propio Franklin Roosevelt, difunto presidente de Estados Unidos, definió el liberalismo como la “gracia salvadora para el conservador con visión de futuro”, y también dijo:
“Reforma lo que quieras conservar”.
Perjuicios
Los capitalistas y los partidarios de la democracia creen que el socialismo y el liberalismo moderno son perjudiciales para el progreso económico. Dado que los precios de los bienes y los salarios de los trabajadores están controlados directamente por el gobierno, las empresas e instituciones de propiedad privada no pueden prosperar bajo un gobierno socialista o liberalista moderno. Las personas que valoran la libertad de expresión y los derechos humanos también se oponen al socialismo y al liberalismo moderno, porque creen que esas ideologías limitan el derecho de los ciudadanos a elegir qué productos comprar, qué trabajo aceptar o qué creencia religiosa abrazar. Aunque el liberalismo moderno es más sutil y suave que el socialismo, acaba dando demasiado poder al gobierno bajo la apariencia de seguridad económica, política y social.
Resumen
- El socialismo sostiene que solo otorgando al Estado todo el poder económico y político se puede alcanzar el progreso económico y la igualdad entre los ciudadanos.
- El liberalismo clásico sostiene que el Estado solo debe hacerse cargo de una institución para garantizar que los ciudadanos puedan beneficiarse libremente de los servicios de esa institución concreta. El liberalismo clásico no exige la aplicación exhaustiva de la ley y el orden para alcanzar el progreso económico y la igualdad.
- El liberalismo moderno sostiene que el Estado debe interferir no solo en los asuntos económicos o políticos, sino también en los asuntos sociales, como las actividades cotidianas de sus ciudadanos. En efecto, el liberalismo moderno deja de asociarse con el liberalismo clásico para asemejarse al socialismo.